miércoles, 8 de abril de 2009

“Seguro que vos también lo viste..”-Rubén Damore







Entre la penumbra de la luz que se filtraba por la ventana y como todas las noches, las siluetas de Tomás y Candela aparecían arrodilladas a los pies de sus camas, con las manitas juntas y apuntando al cielo.
-Gracias por mamá, por papá, Candelita, por los tatas, el padrino, Carlitos mi primo preferido… se adivinaba de la vocecita de Tomás.
-Sabés que? Hoy me tocó ir a la bandera de mi jardín con Laura y Bruno…!! Y la seño me eligió a mí... porque fui rápido al tren, estaba derechita, no charlé… se escuchó de Candela… ah!! Y también te pido por Colita, que se mejore rapidito…
Y así siguieron pidiendo y agradeciendo durante unos minutos más.
Al recostarse la luz de la ventana que se filtraba del mercurio de la calle, no dejaba cerrar los ojos de Tomás.
-¿Cande, estás despierta?
-¿Si Tommy, que pasó?
-¿Por qué todas las noches nos ponemos a rezar y pedimos y agradecemos?
-No sé…, supongo que lo hacemos para que alguien nos escuche y guarde nuestras palabras…
En eso, la puerta del cuarto se entornó y la luz de la cocina dibujó la figura de la madre que venía a despedirlos, como todas las noches.
-Un besito por aquí a la flor de la casa… otro por acá para el muchachito más bonito del hogar…
-Ma… dijo Tomás… ¿te puedo hacer una pregunta preguntosa….?
-¿Por supuesto, que pasa… precioso?
-¿Con Cande queremos saber para qué todas las noches rezamos y pedimos al cielo por todos?
Sentándose en el borde de la cama de Candela, todavía con el repasador en la mano, les contó:
-Cuando tenía la edad de Candela, mi mamá, o sea la abuela, también me hacía orar cada noche. Tampoco entendía la razón pero ella me dijo que esto de rezar era una forma secreta de cuidar a los nuestros a través de la fe, era el sendero para acercarse a Jesús y que su luz nos guíe, nos encamine en la vida.
-Pero… interrumpió Tomás, -¿Cómo es Él?
-Tommy, toma la forma que cada uno imagine. Existen cuadros, retratos y libros que lo ilustran pero… mejor sentirlo como a uno le parece, además lo vas a reconocer en tu vida de miles de maneras diferentes. Está en todos lados, en este barrio, en otro país, en todo el mundo. Y ahora a dormir que mañana temprano hay que ir al cole...
Al rato Cande y Tommy se durmieron. El silencio se apoderó de la noche pero los sueños de ambos se cruzaron y lo vieron de una forma increíble, lo imaginaron casi de la misma forma, como solamente lo podría imaginar un niño…


Dedicado a los que no se pierden entre la tristeza y la desazón, los que cuando caen se levantan, a los que luchan por los demás, a los que tienen esa luz que los diferencia. Tema musical "La bicicleta blanca", de Horacio Ferrer, por Jose A. Trelles.


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