miércoles, 2 de septiembre de 2009

"Tenía que ser mujer!" -La India


Este texto fue publicado por Autoclub en 1965.- Era otro mundo, era otro tipo de país…

Y era otro el rol de la mujer en la sociedad. En esta crónica de su experiencia al volante, la notable pluma de la autora ironizo con humor y profundidad sobre aquel machismo imperante.-

Por Victoria Ocampo

El profesor Anshley Montagu, actual presidente del Departamento de Antropología de la Universidad de Rutgers USA, es un hombre de ciencia de gran fama. Se ha ocupado entre otras cosas, del problema de la mujer, es decir de su pretendida inferioridad frente al varón.- Cree, y lo afirma en una obra titulada La superioridad natural de las mujeres, que este error de juicio proviene de toda clase de complejos y prejuicios creados por ellos.- Recomiendo, tanto a lectores como lectoras, este libro, lleno de datos, hechos biológicos y sociales, importantísimos y generalmente desconocidos.-
Dice el profesor Montagu al comentar su estudio “ si hay algún hombre que pueda contemplar sin sonrojarse la historia de la conducta de su propio sexo, para con las mujeres, tengamos la caridad de dejar en claro que ello se debe, probablemente a que no se considera responsable de los errores de sus antepasados.-
Entre los innumerables prejuicios, que a veces invaden según el profesor Montagu, hasta el dominio de la estadística, esta el de que las mujeres son malas conductoras. Sin embargo, prueba el profesor que no hay tal y que en el estado de Pennsilvania, por ejemplo, después de una seria encuesta, se ha comprobado que el numero de los hombres complicados en accidentes fatales supera al de las mujeres en un 8, 9.-
Me ha complacido leer que el autor de La superioridad natural de las mujeres; cita como frase clásica del vocabulario masculino, frase universalmente usada en las emergencias de transito cuando una mujer interviene como protagonista (si va manejando el auto) “Tenia que ser mujer” Yo atribuía exclusivamente a mis compatriotas esa exclamación oída con frecuencia, solo igualada por su injusticia…, si se la traduce a su verdadero significado. Tenia que ser esa tarada de sexo inferior la que no me ha permitido pasar por esta esquina antes que ella, etc.”
He sido una de las primeras mujeres que salio a manejar en las benditas calles de nuestro Buenos Aires. No creo que las mujeres que reciben su carnet de conductoras en el año 1965 puedan imaginar lo que esto representaba.-
La primera vez que salí no acompañada, en un Packard descubierto, cayó un domingo de carnaval.- Yo tendría unos veintitantos años. Las calles estaban atestadas de paseantes. Nunca he oído tal avalancha de interpelaciones (no todas halagüeñas). En las esquinas, sobre todo cuando el transito se detenía y quedaba yo indefensa, a nivel, por así decirlo del peatón o del conductor vecino, sin poder utilizar el acelerador para huir, aquello era una cosa grandiosa. En aquellos días estaba de moda una palabra que se ha dejado de usar. “machona”. Se la buscara en vano en el diccionario de la Real Academia. Con esa palabra ( y otras que si figuran en el diccionario y siguen hoy en circulación) parecían aliviarse los hombres del desagrado o sorpresa de encontrarse con una mujer “volante” Alguna vez me gritaron “Anda a lavar los platos” Esta recomendación me sonó, a algo conmovedor. Me sentí de pronto, habitante de la selva primitiva y comprendí que los pobladores de mis calles bonaerenses eran seres que obedecían aun a milenarias tradiciones ( ¿o reacciones?) la que regia cuando el hombre salía de caza y la mujer quedaba las cavernas preparando los alimentos. De verdad, el panorama que se me presentaba era conmovedor. Nada había variado en el mundo.
Todos sabemos que las normas corrientes de la buena educación decaen en el preciso momento en que la hembra abandona la caverna. Esto se acentuado mucho. Si la mujer se permite competir con el varón en el terreno que éste se reserva (artes, ciencias…manejo de automóviles, en general) ya no hay razones para cederle el asiento en los trenes suburbanos. Se le ofrecía caballerosamente el asiento mientras ella no reclamaba el de la Cámara de Diputados o el de las Academias.-
A veces lo que puede dar una idea más exacta de la sociedad y sus costumbres, es alguna anécdota. La siguiente representa para mi, la mentalidad de cierto medio social argentino y de un capitulo de su larga historia de los prejuicios hechos carne. En la época en que yo empecé a manejar automóvil, una ti amia me contó riendo, (felizmente se reía) que otra parienta, solterona, buena mujer pero de poco caletre, le había dicho, sofocada por semejante escándalo: “La hemos visto a Victoria manejando de manga corta y sin chauffeur” Es evidente que nadie se escandalizaría hoy por haber visto a una muchacha manejando de manga corta y sin chauffeur.-(Yo tuve esa desgracia (¿o ese honor?) .-
Los tiempos modernos tienen muchas desventajas, pero también algunas ventajas. En lo que atañe a la mujer, por ejemplo. Ya puede salir a manejar de manga corta y sin chauffeur sin que pongan el grito en el cielo, inclusive, puede manejar vestida de monja, sin clausura.-

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