miércoles, 25 de febrero de 2009

"“El amigo que nunca se olvida” - Rubén Damore


Mi barrio… ahh si yo te contara de mi barrio…
Era uno de esos perdidos en el medio de cualquier ciudad del cordón bonaerense. Puede que haya sido como el tuyo, pero como fue mío porque fue donde nací, lo siento de mi propiedad y es el orgullo que llevo dentro...
En él transcurrió toda mi infancia, en él me hice niño, y cuando mi adolescencia florecía, partí para nunca más volver. Claro, hasta que sucedió lo que sucedió.
Allí quedaron la esquina, las veredas, los timbres altos, las puertas de madera oscura, el asfalto, Doña Catalina, los barriletes y el potrero.
El potrero… allí me calcé por primera vez la camiseta de Boca… y vos la de River… ¿te acordás hermano?
Claro, a esta altura del relato donde te escribí 131 palabras, no te conté aún de Jorge, mi mejor amigo. Fuiste mi rival de fútbol casi siempre. Sí, fuiste mi rival pero nunca mi enemigo; fuiste a quien chicaneé pero nunca subestimé y recíprocamente mantuvimos el respeto.
Y fue con vos con quien más lloré a los doce años la partida de mi padre cuando la vida me puso de golpe en lo más duro que se enfrenta un niño: la pérdida física del ser a quien todo hijo quiere parecerse. Desde ese invierno me angustia el olor marchito de las flores cuando están juntas. Es ese gesto y el dolor compartido que nunca me permitió olvidarte.
Luego de aquel hecho, de aquel mojón, mamá decidió vender la casa y mudarnos a otro barrio. Y como no me era propio, el nuevo no fue mío y nada fue igual.
Te dejé de ver.
No cruzamos nuestras vidas nunca más.
A los trece un tío me llevó a probar a La Candela. Recuerdo que ese sábado éramos unos cuantos y en mi mochila llevaba la camiseta azul y amarilla que el viejo me había comprado a los seis y me esperanzaba que su ángel guiara mis piernas cuando me tocara entrar.
-A ver vos, movete, el flaquito… entrá por el 10… perdón, de que jugás nene, te va ese puesto?
Tímidamente asentí, calenté las piernas flacas y entré. El 10 me miró con cara de asco y antes de salir escupió casi al lado de mi botín raído.
Esa mañana salió todo como el viejo lo hubiera soñado. Metí tres goles, fui elegido y en cinco años ya había trepado a la reserva y de ahí al banco de primera. Debuté un domingo de marzo con dos goles y una actuación que me llevó a la selección juvenil y al poco tiempo me encontraba en la mayor con quienes yo había soñado algún día parecerme.
A mi consagración se sumaron ofertas jugosas de Europa y en poco tiempo me encontré rodeado de fama, dinero y gloria vistiendo la blanca camiseta del Real Madrid.
Recuerdo aquella tarde trágica en el Bernabeu jugando el clásico cuando el cinco arteramente rompió mi rodilla. Salí en camilla por primera vez de un estadio. Pasaban los días y los médicos no encontraban soluciones precisas a mi lesión. Una carta llegó al traumatólogo del club recomendando a una sola persona idónea que pudiera devolverme a las canchas. Ese galeno se encontraba en Buenos Aires.
Viajé de apuro a la Argentina con el médico del club. En Ezeiza y esquivando con las muletas al periodismo fuimos raudos para la clínica donde atendía ese tal López.
En la sala de espera, sentí como la gente no podía dejar de quitarme la mirada de encima, cosa que me ponía incómodo y hasta de mal humor.
Presentí el final de mi carrera que nadie se animaba a decir. No creía demasiado en los milagros.
Cuando la puerta del consultorio del doctor López se abrió y mi nombre sonó grave, entré aterrado.
En su escritorio y haciendo anotaciones, sin levantar la vista me hizo señas que me sentara en la camilla. Hasta ahí no me había percatado de las paredes pues mi mirada se centraba en el piso.
De repente, el horizonte fue cambiando del gris del piso a una gama de colores y con gran sorpresa descubrí entre el entre el diploma de la U.B.A.,certificados de congresos, post grados, seminarios… mis fotos intercaladas y enmarcadas de igual modo que los títulos, las camisetas que vestí.
Entonces se cruzaron nuestras miradas y descubrí tus ojos donde las lágrimas caían pero tu sonrisa no se acababa.
Tu imagen me transportó de golpe a los seis años. Me pareció descubrir la camiseta de River bajo tu delantal. Recordé todos los momentos vividos pero éste era especial.
A pesar del dolor en mi pierna, me paré y no hubo ni camiseta ni guardapolvos que nos separara.
Nos unimos en un abrazo interminable y el paréntesis que creíamos cerrado no lo estaba. La vida tenía preparado aún mucho más para nosotros.

Dedicado al Dr. Federico Manfrin - Traumatólogo - Tema musical "Tiernamente amigos" de Víctor Heredia, por Heredia-Jairo (24-02-2009)


miércoles, 18 de febrero de 2009

"No hay amores imposibles" -Rubén Damore










Soy un hombre mayor, casi con la edad de haber doblado el codo y encarando para el disco, pero de vos guardo un recuerdo inolvidable.
Te conocí de pibe, deambulabas por todo el barrio, eras la más conocida, la más querida.Encerrabas un misterio. Competíamos con el resto de los amigos para ver quien te quería más.Sabemos que en la infancia estar enamorados es una rara mezcla de amor y miedo.Ya en mi adolescencia coincidimos y fuimos casi uno.
Recuerdo que compartimos momentos gratos e ingratos. En mis tardes de mayor inspiración, tocarte era como acariciar la luna, era como llegar al cielo. Y si venía rechiflado te trataba mal, te denigraba... pero nunca te alejaste de mí. Al contrario.
En la próxima cita, estabas igual que siempre, tersa, suave y dispuesta a recibirme.Nos divertimos, fuimos felices y creo recordar allí los mejores años de mi vida.Fuiste y sos el amor más grande de mi vida pero... llegó un día que comencé a perderte. Cada vez te veía menos, cada vez te sentía más lejana.Y una vez tomé la decisión. Ya no volví a tu encuentro.
Te descubría reluciente en la televisión, otros te nombraban en la radio... otros te amaban como yo hubiese querido... Trataba de evitarte.
Presentía y añoraba algún día volver a estar juntos, pero aún no era el momento, otras realidades me rodeaban. Mis años declinaban el reencuentro. Yo, un viejo de los años barriales y vos siempre tan radiante.
Pero una mañana, un día de abril, alguien tocó mi puerta. Un hombre de cara ruda y corazón grande preguntó mi nombre y apuntó conocerme de antaño. Dijo que debería recomenzar un romance, que la vida siempre da una oportunidad más. Él me contó que vos me estabas esperando, ansiosa, ávida. Que debía ir. Que iba a ser maravilloso.
Acudí a la cita ese sábado, nervioso y con cosquillas en la panza como en la mocedad de mi pubertad pasada.
Te vi. Caminé lentamente hasta toparme con tu figura geométrica y hasta casi me pareció descubrir tu sonrisa. Te tomé entre mis manos, te apretujé, te besé como en los viejos tiempos, me permití acariciar tus redondeces, casi impolutas a través del tiempo. Tu perfume era casi el mismo.
Y perdoné tus viejas rebeldías... es que arrastramos a cuestas el idioma de la infancia, llegaste para darle cobijo al desánimo de mi corazón... Y... ahora sí... estoy seguro que me dolería si te dejara.... pero me moriría sin vos...
Una veintena de chicos aguardaban en el círculo central de la cancha sobre el verde pasto con un arco iris de camisetas... Te puse debajo de la suela y de un toquecito te impulsé hacia ellos.
(2do. Cuento de "Historias en el aire" 17-2-2009 con final de 'Serenata para la tierra de uno' de
María Elena Walsh, interpretado por el Cuarteto Zupay)


domingo, 15 de febrero de 2009

"Indecisión" -Rubén Damore

Hoy es domingo. Llueve.
Siento el fresco de un julio gélido. Saboreo mi tercer mate y te recuerdo.
Anoche fue maravilloso, casi inolvidable. Enamorados de una luna que se escondía detrás de unos nubarrones que simulaban una noche fantasmagórica, caminamos Lavalle desde Florida hasta la 9 de Julio. El temor a una próxima tormenta hizo que te apretujaras fuerte a mi pecho.
Así, casi esquivando las baldosas flojas y con mucha humedad nos metimos en ese pequeño cine. Nos decidimos por una antigua del argentino Alejandro Agresti, quien había decidido armar una película para nuestro amor.
Allí, Sandra Bullock y Keanu Reeves protagonizaban a esa pareja que vivían en una misma casa pero en diferentes tiempos. Su única comunicación era un buzón postal con intercambio de cartas, único medio para descubrirse, para atraparse.
Una historia de amor, sabemos, no necesita de explicaciones racionales y esta película casi semejaba nuestro romance. A ellos los separaba el tiempo y la duda de saber si lo que sentían era una mera fantasía o una realidad extraña.
La noche se prolongó maravillosa, completa de ternura, complicidad, amor a tiempo, llenos de lluvia que comenzó a arreciar a eso de las dos.
Hoy es domingo. La garúa continúa. Quedamos en Ayacucho y Santa Fe, a las cuatro.
Todavía no tomé una decisión porque hoy, hoy se juega. Hoy es el clásico y nunca falté. Decidir entre el calor de las masas o el de tu mano... Entre el canturreo alentador y tu voz dulzona...
¿Qué hacer?
Pongo la pava en el fuego. Enciendo mi primer cigarrillo, me asomo a la ventana. Ya tomé la decisión.

Dedicado a Rubén Juarez, con final del tango 'Se juega' de Chico Novarro y Rubén Juarez.
Exclusivo para los hinchas de la Academia: http://www.youtube.com/watch?v=PMNTRO6Eshc

viernes, 13 de febrero de 2009

"El Dr. Sosa llevó 25 mil libros a escuelas y bibliotecas de Calingasta"


El pediatra avellanedense continuó en San Juan con su cruzada solidaria de reclutar y donar libros a pueblos ubicados en los cuatro puntos cardinales de la Argentina.
El médico pediatra avellanedense e infectólogo del hospital porteño Pedro de Elizalde (ex Casa Cuna), Rubén Sosa, continuó la semana pasada con su cruzada solidaria que él mismo denominó «Cruz del Sur de Educación», que consiste en reclutar y donar libros a escuelas y bibliotecas populares de pueblos ubicados en los cuatro puntos cardinales del país.
En esta oportunidad fue Calingasta, una pequeña localidad de la provincia de San Juan, la que recibió 20 mil ejemplares recolectados por Sosa, más otros 5 mil donados por sanjuaninos.
Consultado sobre el motivo de la elección de ese departamento sanjuanino, Sosa explicó que «cuando estaba en la escuela de Los Antiguos (en el Sur del país), uní sobre un mapa de la Argentina con una regla Misión La Paz (Salta) con Los Antiguos (Santa Cruz), luego tomé el tercio superior y lo crucé en 90 grados y así apareció Calingasta».
Pero lo que en principio parecía azaroso, comenzó a sumar episodios no tan casuales. Una vez seleccionado el nuevo destino geográfico para la travesía educativa, Sosa, de visita por la Feria del Libro de este año, se perdió en la inmensa exposición de La Rural de Palermo y terminó en el stand sanjuanino. Allí le contó a un hombre su proyecto solidario: «Resulta que quien me escuchaba era el director de Bibliotecas Populares de San Juan, Jorge Elizondo, quien inmediatamente se interesó en la propuesta», contó Sosa al diario de Cuyo, que - al igaul que Estudio País, por Canal 7 - dio profusa cobertura periodística a la iniciativa solidaria del pediatra avellanedense.
Pero las casualidades -¿o causalidades?- no terminaron allí. Cuando Sosa comenzó a guardar libros en el depósito de la ex Casa Cuna, descubrió que Carlos, un empleado de mantenimiento del nosocomio que lo ayudó en la tarea, resultó ser calingastino. «Fue la providencia la que nos hizo viajar hasta acá», dijo Sosa, que realizó la entrega en el Centro Cultural de Tamberías.
«Junto a Gustavo Sonsogni de Batoco, remontamos barriletes en lugares donde los niños ni siquiera los conocian, los ayudamos a construirlos y entre montañas enormes y coloridas compartimos su alegria que fue la nuestra», detalló el Dr. Sosa.
En el traslado de los libros colaboraron la Subsecretaría de Cultura provincial; la Dirección de Bibliotecas Populares; la Municipalidad de Calingasta y la Casa de San Juan en Buenos Aires, además de la empresa de transportes Cruz del Sur.
El último de los puntos cardinales que resta en la cruzada solidaria del Dr. Sosa será llegar a las escuelas de los alrededores de Villa Paranasito, en la provincia de Entre Ríos, un objetivo previsto para 2009.
«En un año trataré de juntar un número similar o mayor de libros», adelantó Sosa, quien espera porder concluir su Cruz del Sur donado «los instrumentos más útiles con los que los chicos pueden contar».


"Historias en el aire"


Te cuento que todos los martes, de 20hs a 21hs, arranca un micro de cuentos míos con algunas particularidades muy especiales, en una radio que sale solo por Internet, a través de la U.A.I. (Universidad Abierta Interamericana).
El programas se titula 'HISTORIAS EN EL AIRE' y está en el aire desde el año 2002, lo conduce el Dr. Rubén Sosa, pediatra de Casa Cuna que efectúa acciones solidarias y nos conocimos casualmente por mail.

Si querés escuchar el programa, esto es lo que tenés que hacer:
1-Entrar a la página http://www.historiasenelaire.com.ar/radio/radio.html
2-Alli dar clic en "ESCUCHAR EN VIVO EL PROGRAMA".
3-Automáticamente se abre en tu PC el Reproductor de Windows Media y en breve comienza a escucharse el programa.En la página http://www.historiasenelaire.com.ar/ podrás leer una pequeña reseña sobre el objetivo del programa, datos sobre su conductor, premios y nominanciones que recibieron el programa y él (alrededor de 24), un libro de visitas donde podes dejar tu mensaje, etc.

Te invito si tenés tiempo e internet, a escucharlo. No tanto por mi participación sino más por el contenido social, humano y esperanzador que contiene el programa.

Te mando un abrazo, un beso y hasta que los caminos nos vuelva a cruzar.

Rubén Damore (tratando de seguir construyendo castillos en el aire...)